La complejidad que atraviesa al estado politico argentino es increiblemente flexible

Es un estado naciòn en permanente discenso consigo mismo, fundamentalmente indefinido (o definido del lado de lo indeciso) asì que es muy dificil construir.
Es muy dificil crecer, es muy dificil montarse comercios porque el estado, sobre todo en la Capital Federal se ocupa de hostigarte con los condicionamientos en vez de ayudarte en tu start up.
Primero tenes que cumplir todas sus exigencias con los propios meritos, sì sobreviviste a eso, seguìs. Lo digo habiendo tenido algo de experiencia en habilitaciones (por cuenta propia, no pagando a gestores), se bien lo que digo.
Cuando pasaste esa etapa, tenès que llegar a la segunda etapa: la de vender. ASEGURATE ser el ùnico vendedor de "guantes pepito" porque si hay otros vendedores en tu misma zona del mismo producto, probablemente tus clientes le prueben, les gusta la variedad (tomate el tiempo de entender que la libertad de mercado te puede llegar a jorobar cuando te hayan hecho comprender que permite que se exprese no solo la histeria del sujeto consumidor sino tambièn su alternativa idiotez) 
Permanentemente se hacen discusiones en vano que no hacen mas que perturbar la posibilidad de desarrollo, mas que se trata de una posibilidad de desarrollo que se suicida cada determinada cantidad de años.
Todo se discute y sin saber, se llegò a un punto, espero de inflexiòn, en el que el engaño al ignorante ganò mas de lo que hubiera debido.
Diciembre del año 2015 fue un mes soprendente: el oficialismo tuvo un candidato que ni siquiera llegaba a ser oficialista porque de hecho nunca hubo un oficialismo unido en tèrminos de ideas, en ese marco ganò la derecha (la derecha argentina....¿derecha?)
Es la misma derecha de siempre, se definine y se identifica consigo mismo en las mismas calles, en oficinas cerradas que que no admitirìan publicar sus actos abiertamente ni por casualidad. Algunos actores de esas creencias podrìan sentir verguenza de sì mismos.
Duele mucho la manipulaciòn, molesta nuestra falta de unidad como argentinos, duele que todo se mida en millones. DUELE LA IGNORANCIA, mezcla de dualidad y sinismo, de hipocresìa y de deseos de vivir mejor pero sin hacer mejor las cosas.

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