Hace mucho tiempo

Perdí mucha de la coordinación, molesto estoy, molesto me encuentro. Algo me ha molestado, venía perdiendo hilación. Me encripto, pierdo claridad, pierdo calidad, me escondo. Hay cosas que me están molestando, que convierten mi necesaria inocencia en sentimientos ,por lo menos, encontrados.
Me vienen molestando mucho las voces. Voces raras, voces incoherentes. Llegué hasta acá, estoy acá, voy a más: no me molesta admitirlo.
Si, hubo circunstancias en las que no me sentí cómodo. Hay ciertas situaciones que no llego a entender: no quiero interrumpir mas mi felicidad. Cosas suceden: suceden cosas.
La tristeza no me invade, pero cada tanto, últimamente, me saluda de lejos. Me saluda porque la aborresco, me saluda porque no la quiero. Me saluda porque me reclama: me dice "Danny venite", tengo pirotecnia y cerveza Corona.
Le respondo: no, paso. Paso porque me aburrís. Paso porque no entiendo porque no puedo decir la verdad, paso porque la moda es que se aceptan ciertas nuevas verdades, pero solamente unas pocas.
Paso porque ya me quebraron una vez, dos no acepto, dos no quiero, dos y vas muerto.
Una vez, solamente una vez: y seguí pidiendo permiso. Permiso para preguntarte a ver si gustarías entender que eso ahi no está porque sí, que eso ahí tiene un sentido, un único sentido.
Por eso no podrías venir mas, porque no entendes, a un sentido con suerte, y al otro imposible.
Un sentido es popular, lo puede entender cualquiera. El otro me hace un loco, un bicho raro, un enfermo. Y no es así: no estoy loco, no soy un bicho raro y-mucho menos- enfermo.
Por eso requiero de un entorno mas conciente, de un entorno ilimitado, de un entorno expresivo y subsidiario. Que entiendan que el juego es uno y colectivo, no necesariamente como en la Munich de los ochenta, pero colectivo al fin.
Señoras y señores: lo moderno, lo teórico y lo práctico se sirven a continuación en la misma mesa. Y espero que lo entiendas.
Lo moderno es lo de hoy, lo de ayer, lo de la semana pasada, lo del año pasado. Lo teórico es lo prescriptivo, lo que se supone que debería pasar, lo valioso. Lo práctico es lo que pasa en los hechos, y no necesariamente debería pasar.
Y todo empieza en 1998 aproximadamente. Ahí ya estaba marcado por la violencia familiar. Y lo que mas creí todos estos años fue que la supe separar de mi vida, me supe permanecer fuera. Supe ser casi normal. Empero, en algo me afectó: desde mi primer grado ya incluso me costaba relacionarme con gente, sobre todo porque mi escuela era una escuela privada que implicaba un nivel económico generalmente importante y mi familia era de trabajadores, comercializaba maquinas para la industria del calzado y accesorios, era una de las dos mas grandes del barrio de Boedo. Mi familia compraba maquinas y las vendía. Compraba y vendía, compraba y vendía.
Mi papá no era bueno, mi mamá siempre se comportó como loca. Se complementaban en su estupidez, por suerte les di poca bola. Mi papá falleció por problemas cardíacos prácticamente solo, y yo, varios años después decidí empezar a cuidarme, de no gritar, de no ponerme nervioso, de tan solo disfrutar, que para eso estamos, para disfrutar. Hace pocos años, sumido en mi trabajo, me encontré muchas veces discutiendo con una empresa que nos prestaba servicios, discutía hasta el enojo, hasta los gritos. Discutía porque son unos ineptos, de hecho lo siguen siendo. ESO es ser un mono. Y los gritos son eso a lo que no quiero volver.
Voy a más: hace un tiempo una compañera escribió sobre mí tratándome básicamente de mono, de mono y de zurdo (de zurdo no me molesta: no se enteró de que no lo soy, pero no me molesta). Reaccioné, reaccioné reflexionando, la piba es muy inteligente en algún aspecto y por tanto no me restaba mas que darle crédito.
Telefónica de Argentina (división empresas) era la empresa, 50 penedejos que trabajan desde un call center en la calle Balcarce de la Ciudad de Salta y que, para que se entienda gráficamente, solamente conocen una carilla del gran libro de instrucciones. Y te van derivando, y cada cual responde en base a la única carilla que saben. Ejemplo: pedís una baja y si no es aceptada no te enterás o hacés una solicitud, te dan un número de gestión y nunca queda registrada pese a que hacés efectivamente el pedido.
La historia fue compleja, muy, muy compleja por la cantidad de variables (y ni que hablar del hecho de que no era hijo único, tengo una hermana, de nombre Valeria cuyo paradero desconozco). Una de las cuestiones que mas me marcaron fue la inestabilidad: vivimos en lujosos edificios, pero -varias veces- debiendo expensas o meses de renta. Eso no es sano, hay que vivir de acuerdo al presupuesto.
Hoy vivo en un departamento de un ambiente, pero estoy 100% seguro de que se va a pagar siempre, incluso suelo pagar varios meses juntos.
Cuestión que lo que quería explicar es otra cosa: así como hablaba de comunicación y de fluidez, quizas con otras palabras, en párrafos anteriores, hoy lo hablo como parte de mis valores.
No se cuantos amigos tengo, estimo que menos de veinte (20), hace como 10 años que tengo a la misma gente, aunque éste año logré sumar a uno. Con todos comparto honestidad: honestidad a la manera de cada uno. Se animan a criticarte, nos puteamos, nos queremos, nos cuidamos. Esta bien, alguno alguna vez gusta decirme "si mami" cosa de cagarse de la risa de mí, pero bue, es lo que hay. Doy fe de que me zarpo con la gente a la que quiero. Una de esas pibas con las que solía zarparme era Bonifacia, A Bonifacia llegué a mandarle mensaje al celular de "guarda que tiran gases". Esa misma tarde, a posteriori del mensaje, yo mismo sufrí la negrada de los salteños de la Gendarmería.
Gustaba tener cierto orden en mi redacción, a veces no se puede. Ja. Dejenme retomar el hilo: ah si! El año pasado con tanto discurso incoherente e ilógico había perdido la hilación y años antes perdí la confianza en una tía que me cruzé en Cabildo y Juramento que me vio bonito y que, básicamente por eso, se quería reunir conmigo junto a otra tía. Paso.
Y la adolescencia, y el crecimiento. Todo en la calle, a mis 10 u 11 años me dedicaba a juntar tarjetas de teléfono usadas por avenida cabildo, a mis 11 años me mandaron a buscar trabajo por primera vez, a mis doce vivía en un 2 ambientes con mis abuelos y mi mamá. Eso sí, en Vidal y Echeverría, pleno Belgrano R.
De hecho, venía limpiando maquinarias con querosene y esas cosas en los talleres desde los nueve años aproximadamente.
La primea vez que me escapé de casa, un caserón gigantezco en Boedo y Pavón que tenía el salón de ventas en el frente, tuve que volver al día siguiente porque tenía hambre. Por eso no me banco ni un grito, y cada vez que me gritan me queda muy gravado.













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