Bolivia es hermoso, es un viaje que me debí durante años, pero no por la hermosura que es Bolivia sino por su gente, pero tampoco "cualquier gente", mi gente.
Bolivia se trajo mucha gente para mi país, la República Argentina. Una familia de ese origen es la que me salvó la vida, me sacó del mundo de ser un trapo y buscó enseñarme eso que mi familia no me enseñó jamás: la dignidad, el disfrute. Tarde muchos años en aprender.
Por mi gente boliviana es que durante mucho tiempo gusté de ir a Bolivia a agradecer. El viaje a Tiataco, Bolivia, fue el viaje mas importante de mi vida, incluso cuando me solventé 2 viajes a Europa y cuando hasta Venecia conocí.
Después lo conocí a Garay en Posadas, pero nunca dejamos de hablar, ese me enseñó la libertad, la buena vida y, es al día de hoy que estamos en contacto e incluso nos juntamos! Y, con los años, conocí a Fernández, el gordo baloo, ese me enseñó la paz. Con todos tenemos formas de ser diferentes, pero pese a eso, estoy agradecido de por vida, por ser mi familia de la vida.
Dedicado a Soto, a Garay y a Fernández.
Bolivia se trajo mucha gente para mi país, la República Argentina. Una familia de ese origen es la que me salvó la vida, me sacó del mundo de ser un trapo y buscó enseñarme eso que mi familia no me enseñó jamás: la dignidad, el disfrute. Tarde muchos años en aprender.
Por mi gente boliviana es que durante mucho tiempo gusté de ir a Bolivia a agradecer. El viaje a Tiataco, Bolivia, fue el viaje mas importante de mi vida, incluso cuando me solventé 2 viajes a Europa y cuando hasta Venecia conocí.
Después lo conocí a Garay en Posadas, pero nunca dejamos de hablar, ese me enseñó la libertad, la buena vida y, es al día de hoy que estamos en contacto e incluso nos juntamos! Y, con los años, conocí a Fernández, el gordo baloo, ese me enseñó la paz. Con todos tenemos formas de ser diferentes, pero pese a eso, estoy agradecido de por vida, por ser mi familia de la vida.
Dedicado a Soto, a Garay y a Fernández.
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