Capítulo 2

En el capítulo anterior, nuestro héroe, amo y dueño universal, contaba de que te estaba por contar algo y, justo (justo, justo), fue interrumpido por otro pensamiento.
Esta vez, eso no ocurrirá: nada interumpirá la interesante narración esta oportunidad.
Caminaba yo por la calle, por avenida Colón, un muchacho se me acercó y me ofreció bolsas. Yo no quería, ya tengo de la vez pasada, de otro vendedor y, de hecho, ni siquiera las estrené!.
Le ofrecí trabajo, un buen ingreso para tareas fáciles. Me dejó un número de teléfono, estaba escrito en un papelito. El me advirtió que (supuestamente) había vendido el celular, que conservaba el chip (el chip del número) y que haría lo necesario para recibir la propuesta formal de trabajo ese mismo día con un celular prestado. Todavía estoy esperando que reciba el mensaje.
Uno podría pensar "justo fue atravesado  por un meteorito" o "justo se tomó un avión a Jupiter", pero, la verdad, siempre pasa lo mismo. (ver capítulo 1). La gente sin oportunidades se cree menos gente y opera en consecuencia y la gente que ha tenido mas oportunidades se cree "mas gente" y opera en consecuencia.

Comentarios